BIENVENIDOS AL BLOG CON LOS APUNTES DE LIBÉLULA desde el 18 de enero de 2009


BIENVENIDOS AL BLOG CON LOS APUNTES DE LIBÉLULA INICIADO EL 18-01-09


EL
18 DE ENERO DE 2009 COMENCÉ A POSTEAR LOS EJERCICIOS REALIZADOS EN EL TALLER LITERARIO DE *EL CLUB DE LOS POETAS VIVOS*, UN GRUPO DE MSN, QUE ME QUEDARON DE RECUERDO DE AQUELLA ÉPOCA INOLVIDABLE, MUY CREATIVA Y DE GRAN AMISTAD.

Después de publicar los ejercicios literarios, me dediqué a postear textos que me interesaron por su contenido sobre diversos temas humanísticos.

SI ALGÚN VISITANTE OSADO QUIERE HACER LOS EJERCICIOS EN LOS COMENTARIOS, ME ENCANTARÁ COMENTARLO Y/O AGREGARLO.





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lunes, 27 de septiembre de 2010

17. 15º EJ.: "MI ENCUENTRO CON LA LECTURA",13/05/2006

15º EJERCICIO PARA HACER- "MI ENCUENTRO CON LA LECTURA"  13/05/2006
CONSIGNA:
=> Cuenta en un texto en prosa o en verso cómo te iniciaste en la lectura.

El intenso relato que sigue es el que compartió Griselda con nosotros en él narra su encuentro con el "virus" de la lectura.



MI ENCUENTRO CON LA LECTURA

  Pasé mi niñez y adolescencia en un pequeño pueblo, tan pequeño, que éramos como una gran familia, tan pequeño, que cuando recorríamos dos manzanas ya estábamos en el campo.
 Jugábamos por doquier, bajo los grandes árboles que bordeaban las calles y, en los baldíos, allí,  en esas  fabulosas reservas ecológicas, descubríamos las maravillas de la naturaleza.
 Por esa época, década del 50, lejos de la televisión y de los juegos electrónicos, nuestros días transcurrían entre juegos al aire libre, la escuela  y, por la noche, la radio y la lectura.
 Mis padres eran gente de  clase trabajadora: mi padre tenía un taller mecánico y mi madre era ama de casa y enseñaba costura. Nunca sobraba el dinero, vivíamos con lo necesario, el único gusto que ellos se daban era la lectura. Mi madre no había ido a una escuela oficial. Ella como tantos otros colonos se había educado bajo la guía de su hermano mayor, quien, por haber hecho toda la escuela primaria en un colegio católico privado, se transformó en el “maestro” de la colonia; allí también había concurrido mi padre.
 Una vez por semana llegaba desde la ciudad de Santa Fe, por el ferrocarril, Don Juan “El diariero”.  ¡Para mí, toda una fiesta! Era el que traía las revistas que leía mi madre: fotonovelas “Idiliofilm”  y “Nocturno” . Mi tía compraba unas sobre la mujer: “Chabela”  y “Labores”, que eran para costura y bordado. Con toda esta “bibliografía”, las mujeres de la familia tenían cubierta toda la semana. Mi padre compraba una revista de trabajos prácticos: la “Mecánica Popular” y libros sobre mecánica, también coleccionaba el famoso magazín “Selecciones del Reader's Digest”.
 Mis recuerdos son a partir de más o menos los cuatro años cuando, cada noche a la luz de las lámparas a kerosén, mis padres leían. Mi madre me leía en voz alta las fotonovelas, yo me sentaba con ella e iba mirando las imágenes.
 Por ser un pueblo tan pequeño, la electricidad era un lujo, había una pequeña usina que daba energía eléctrica a partir de la primera hora de oscuridad hasta las 23 ó 24 horas, según fuera invierno o verano, por eso es que teníamos que utilizar lámparas o velas.
 Durante el día, repasaba las fotonovelas e iba recordando los diálogos como si leyera, así poco a poco fui reconociendo las letras.
 En el año en que iba a cumplir los 5 años, durante el verano, en un viaje a una localidad vecina para consultar al odontólogo por una infección,  me compraron mi primer libro de cuentos, en premio por  haberme portado bien.
 Era “Pinocho”, nunca olvidaré la felicidad que sentí al tener un libro para mí, el viaje de regreso en el “Ford T”, todo un último modelo, fue como si volara, miraba las imágenes del cuento y no podía con el ansia de llegar para que me lo leyeran.
 Durante días,  cada noche me sentaba con mis padres en la  cocina a leer mi cuento; así poco a poco, fui reconociendo todas las letras y logré leerlo sola.
 Por esas época no existían los Jardines de Infantes, así que esperaba cumplir los 6 años para ir a la escuela. Mi madre tenía una amiga que vivía justo al lado de la escuela, así que muchas veces,  cuando íbamos de visita,  yo me paraba junto al cerco de la escuela para ver los niños jugar en los recreos; luego, cuando ya estaban en clase, me seguía quedando y escuchaba a las maestras.
 Una de esas tardes pasó algo que fue grandioso para mi encuentro con la lectura: estando yo ahí, pegada al cerco de tejido, y vi a un señor acercarse, vestía traje. Me intimidó un poco, pero no me escapé; me preguntó si me gustaría estar en la escuela, le dije que sí, preguntó por qué, yo le dije:
 --Para leer libros.
 Entonces él dijo:
 --¿Sabes leer?
 --¡Sí!-- le contesté con énfasis. 
 Entonces, recuerdo que dijo que lo esperara un momento, entró en la escuela y, al rato, regresó; traía en sus manos un libro, me lo dio y dijo:
  –Para que lo leas en lo que queda de este año, ya que el próximo podrás venir a la escuela.
 Lo tomé y sentí que tenía algo maravilloso, lo aferré con fuerzas y me fui corriendo. Mi madre, cuando entré corriendo con el libro en lo de su amiga, pensó que se lo había sacado a alguien, no creyó mi historia, así que salió conmigo y el libro para devolverlo, con tanta suerte que la primer persona que encontramos en la escuela era el señor, él aclaró la situación, mi mamá le agradeció y partimos. El señor era el Director Frachetti, el libro que me regaló se llamaba “Campanita” , libro de lectura para primer grado.
 Lo leí y releí, dibujé en hojas de papel de envolver, por esas épocas eran de color blanco, las ilustraciones. Nunca olvidaré lo que significó para mí ese libro.
 Cumplí los seis años en octubre y en marzo comencé la escuela. Por supuesto... ¡ya sabía leer! Una docente le propuso a mi madre que me tomaran un examen y pasara al grado siguiente, ella no quiso, el hecho no me afectó, si bien sabía leer, eran muchas las cosas propias de esa etapa escolar que debía aprender.
 Siempre me apasionó la lectura, a través de los libros viajé por el mundo, viví innumerables aventuras, soñé, amé, lloré. La lectura me brindó cada verano de  mi juventud las mejores vacaciones.
 Y hoy, en la plenitud de mi vida, sigue siendo la lectura el medio a través del cual vivo intensamente. Mis mejores aliados: los libros e Internet.

LiteraryGrisel

De: elpinchisimocaguamo Enviado: 16/05/2006 13:24

los libros y mis cantinas
las chelas y los alcoholes
la noche y mis recuerdos

recuerdos de Tagore
seis años y el Jardinero
"mis pies no pueden con mi corazon"
y el del pequeño caguamo se inchaba de amor
por nadie

despues Libros de Masoneria
los cuales no entendia nada
de sicoanalisis....

y la adolecencia me llego con golpes
y gritos y rebledia
pero ahi estaban los libros de secundaria
Don Luis de Gongora, Lope de Vega
y los mexicanos que me marcaron

hasta que conoci el rock
la trova
Silvio, Milanes, Cabral, Aute
Fidel, Manu y Caifanes

Conoci las drogas
y viaje Con Morrison, Joplin y Kerouac
emule al buen Jack
y anduve en la carretera

Me enamore de remedios
y admire al General Aureliano Buendia
me tatue como el buen Uncas
y llore junto a su padre su muerte

Aprendi a amar tan intensamente como
el Buen Sabines
y se enamoraron de mi con Benedetti

mi vida hacido un poema enorme
un Poema llamado :
The tequila good book

y asi me despido
con mi cerveza vacia
y mi cabeza llena
de recuerdos hermosos


De: jeremias rana Enviado: 22/05/2006 23:00
naci entre colores jamas imaginables, creci entre palabras que aun  mi boca no puede pronunciar,  y construi mi mundo con las que fueren vanas para los que no pueden percibir la luz de la luna como el beso que a pesar del terrenal amor, extasia aunque este solo. 
fue la tristeza de un amor despresiado la que me obligo a escribir, y fue mi sangre la que por ese entonces vacio mi corazon, pase por cuentitos de hadas, que serian a mis tristes ocho años los que me invitaron a contar el sentimiento, muchos me analizaron, otros tantos creyeron que estaba loca o enferma, nunca juge con muñecas, preferia abrazarma de un cauderno antes que de un osito pequeño.
pero me olvide de eso entonces, y por mas de cinco largos veranos, no toque siquiera un lapiz desafilado, temia me volvieran a las terapias contra la aparente depresion.
fue en la loca juventud de mi exixtir la cual aun vivire por mucho tiempo, que decidi olividarme del miedo y me aventure a narrar mas que simples versos de nostalgia, y me comverti en el dios de un mundo por mi mano creada, como diria cervantes "fueron paridos por mi pluma y mi mano"  o algo asi.
tuve algo de miedo al principio y decidi jamas mostrarle esto a nadie: hasta ahora; tengo libretas llenas con sentimientos encontrados poesia y cuentos cortos, una novela y las cartas a la luna, que no son mas que un diario en el que la princesa de marte envia a su amiga fiel: la luna, versos de amor, ilusiones, y tristezas.
aveces mi extraña locura me lleva a pensar que que debo serlo, pero me doy cuenta aveces que mi aficion quiza no dara nunca para mas, que un triste verso de verano, cuando el sol esconde sus rayos en la nube que llora mi tristeza y grita mi alegria.

jeremias rana 


De: Guinda5555 Enviado: 25/05/2006 3:27
Interesante desafío, el que lanzaste, para resonderte, me sumerjo en los recónditos humbrales de mi infancia. Allá en la lejania de los años. alcanzo a percibir una mañana supongo que seria una fiesta patria, o algo asi, pues estaba a la sazon mi padre, y él prendió el carbón para hacer las brasas donde se asaría la carne. De común, por su trabajo, solo estaba con nosotros a la cena.
infante aun, andaba, por lo que supongo era época veraniega, descalzo.
Por efecto de la cusiosidad infantil y el innegable atractivo que aun a mi edad, ejerce la combustion del fuego, me acerque en demasia, el caso fué que una ardiente brasa desprendida de la pira, rodó por el pavimento, y no se, a ciencia cierta, aun no se porqué, talvez la intención fué apagarla. El hecho fue que aplasté la dscola pavesa con mi pie.
De naturaleza inquieto, la única manera que hallaron para que me quedara en la cama mientras se curaba la quemazón, fue darme unos hermosos libros llenos de imagenes de grandes coloridos, y tambien UN DICCIONARIO.
Un diccionario infantil, que creo fué anterior a conocidisimo UPA, o del mismo tiempo, con él me sumergí en ese maravilloso mundo de las letras impresas. Se llamaba Mi Primer Diccionario.


De: serlibre_yo Enviado: 23/06/2008 15:44
 
Mi encuentro con la lectura

Creo que la lectura me encontró a mi y no yo a ella.
Vueltas y vueltas a ese libro que jamás termine.
Mujercitas.
Que alegre estaría  Beth si pudiera saber que no contó con mi mirada.
De adelante para atrás y a veces solo partes del medio, me conectaron con un mundo fantástico.
Leer lo que todos leen era la consigna escolar.
Yo quería al Don Quijote!
Marché sin rumbo para adentrarme en paginas amarillas pero táctiles.
Fría pantalla que opacás mi iris y luego lagrimea.
No es fácil contar de mi encuentro.
No podía decir que San Martín pertenecia a la masonería, a pesar de que todas mis maestras me decían que fundó la Logia Lautaro.
Me canse. Dejé todo!
No se si por bronca o para burlarme de la imposición de leer la burda historia tergiversada.
Hoy, un libro es gran parte de mi identidad. 


De: AuroraX31 Enviado: 23/07/2008 18:43

Mi encuentro con la lectura
fueron tardes deliciosas
donde bailaban curiosas
fantasías y aventuras.

La lectura fue un peldaño
en mi vida adolescente
donde forjaba mi mente
todo, menos desengaños.

En novelas de ficción
con el amor por bandera
alimentaba mi espera
la prosa del escritor.

La lectura me formó
con ella sentí ilusiones
regalándole emociones
a mi joven corazón.

La lectura es sin dudar
peldaños en la cultura
que te hace sentir seguirá
y te ayuda a madurar.

Ahora que han pasado años
entiendo que la lectura
es ese amor que perdura
que no te trae desengaños.

==Aurora==


JULIE  25-07-08
Hänsel y Gretel (La Casita de Chocolate)
de Los Hermanos Grimm

Recuerdo aquella noche cuando empecé a leer
era Noche de Reyes y puse zapatillas
en la venta abierta a todos los regalos
que me traía un aire sosegado de Oriente...

Fue la primera vez que tuve entre mis manos
un tesoro de Reyes: un cuento, el primer libro
que todavía admiro, en el oscuro cuarto
donde creció mi lengua... allí en la fantasía.

No esperé amaneceres, encendí la alegría
y fui encontrando el mundo a través de las páginas:
casas de chocolate, dos hermanos, un bosque...
y la bruja hechicera que me hizo pasar miedo.

Desde entonces mi casa siempre tiene una luz
encendida, muy tenue, muy dulce, muy de dentro:
se abrieron las paredes, dibujos, mapas, formas,
hadas, duendes, misterios... todo hecho de palabras.

Era como si al mundo no le faltara nada:
leyendas, deletreos, balbuceo de historias,
el rito no se acaba aunque pasen mil años:
la primera lectura recobra siempre el grito.

Porque allí descubrí cómo en instante puedes
descifrar una estrella con ayuda de otros,
releer las miradas, hojear los abimos,
pronunciar una frase sin que nadie la toque...

... solmodiar entrecejos dar vida a lo monótono
y jugar con las letras que parecían números,
pude pasar el alma por los ojos del sabio
y aprender de los énfasis mi paleografía.

Desde entonces repaso cada cuento leído
y sin dejar la noche me acomodo en lo nuevo,
disfruto los placeres del ejemplar de fondo
y tengo en cada libro: ¡un tesoro de Reyes!

Julie Sopetrán


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